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Carta de Maruja Vieira a los Internautas

Queridos Internautas:

Luego de una labor de muchos años, puedo presentar a ustedes www.marujavieira.com. Gracias al trabajo de mi hija, Ana Mercedes Vivas; de mi profesor en las lides del computador, Pedro Fernando Sánchez, y de Bernardo González, de Azoma Editorial, ustedes podrán encontrar mis libros y la serie de ensayos y conferencias que hemos querido rescatar de lo que yo llamo Las Torres de Papel. Son muchos los nombres y temas que aún faltan por incluir.

Los libros hasta ahora publicados quedan a su disposición de manera gratuita, en la medida en que no vayan a ser usados para proyectos de orden comercial.

A partir de ahora, estaré también actualizando el blog y podrán contactarme a través de la forma de contacto de esta página. No prometo contestarles a todos, pero estaré muy feliz de recibir sus comentarios.

Por ahora y para empezar esta serie de comentarios en el blog, quiero resumir un poco mi relación con la poesía: diré que la poesía estuvo siempre a mi lado, desde mi nacimiento en una tribu de lectores donde abuelos, padre, madre, hermano están en el recuerdo de los primeros años siempre con un impreso en la mano.

 

Porque es en esos primeros años cuando se establece o modifica la vocación de los seres humanos. Todos, absolutamente todos los niños nacen poetas. De lo que suceda después son responsables el ámbito familiar, las circunstancias que rodean al individuo, el colegio, la universidad… en pocas palabras, la realidad que condiciona al hombre y a la mujer. Y de la realidad todos somos, en una u otra forma, responsables.

Por consiguiente ante ustedes, me presento: Mi nombre literario es Maruja Vieira. Nací en Manizales hace exactamente casi 90 años. Tengo vocación de maestra y he tratado de ejercerla de diversas maneras, el periodismo, por ejemplo.

He publicado más una docena de libros, En estos momentos soy la mayor de las poetas colombianas, la mayor en edad, por supuesto. Se fueron las maestras; Matilde Espinosa, Meira Delmar, que me acompañaron en la ruta y son ahora mis sombras tutelares. Tuve un esposo poeta y una hija que también lo es.

¿Qué es la poesía? La poesía es algo que sucede, algo que llega, como la luz, como el viento, como la tristeza y el amor. Un día establece su imperio, nos domina, nos entrega cercanos parentescos que nos unen a aquellos que hablan el mismo idioma en otras lenguas. En mi caso fue definitiva mi primera maestra. En vista de que yo no daba resultado alguno en la clase de costura, decidió que yo, de seis o siete años, les leyera en voz alta a las niñas que cosían. Eso sí sabía hacerlo. Desde los cuatro o cinco años los libros eran mis amigos, siguen siéndolo, siempre cabe uno más. Y ahora, en este siglo sorprendente, en la pantalla del computador o del Ipad o el kindle caben todos los libros del mundo.

Siempre quise ser escritora. En”Mujercitas” de Louise May Alcott asumí el personaje de Jo. Pero no había encontrado realmente el camino. Siempre que pensamos en escribir nos preocupa cómo hacerlo. Nos preocupan los elementos que habitarán, por ejemplo la jaula de catorce barrotes del soneto, donde en realidad muy pocos pájaros cantan bien.

El día que encontré el camino, la forma y la fórmula, consta en un libro que ha permanecido conmigo a través del tiempo y los viajes. Es la obra completa de Antonio Machado, publicada en México en 1940 por los poetas españoles José Bergamín y Antonio Prado. Tiene una dedicatoria que dice: “Para María en su 19 aniversario. Diciembre 24 de 1941, fraternalmente. Gilberto Vieira".

Tiene un sello con mi nombre de entonces: “María Vieira White”. De Antonio Machado yo había conocido y dicho en voz alta en el Centro Republicano Español, el inmortal poema a Federico García Lorca, mi segundo gran amor poético. Ya se habrán dado cuenta ustedes de que el primero es Don Antonio, el mismo que para Rubén Darío “Misterioso y silencioso iba una y otra vez. Su mirada era tan profunda que apenas se podía ver. Cuando hablaba tenía un dejo de timidez y de altivez y la luz de sus pensamientos casi siempre se veía arder…”

Mucho tiempo más tarde, llevada por el amor de mi hija poeta, visité la humilde pensión de Segovia, único museo de Antonio Machado que existe en el mundo, y escribí orgullosamente en el libro de visitas: “Gracias, Maestro por este camino que he recorrido de su mano. Maruja Vieira, Académica de la Lengua de Colombia y España”.

Como usted don Antonio, he querido ser maestra y querré serlo hasta el final de mis días. Porque de nosotros depende que logremos llegar con nuestro mensaje a las mentes juveniles que nos aguardan. Para eso se ha creado esta página web. Para seguir enseñando.

Apartes de esta presentación fueron publicados en el Boletín de la Academia Colombiana de la Lengua.