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Autora: Maruja Vieira
Foto: Ana Mercedes Vivas

CAROLINA CÁRDENAS

A Elisa Mújica y César Uribe Piedrahita

Esta mujer fue humana, más humana que nadie.
A fuerza de estar viva se consumió en su llama.
No la conocí nunca y estoy junto a su nombre,
mientras el tiempo esculpe su misteriosa estatua

He visto su recuerdo subir por las palabras
-la voz se vuelve arcilla modelada en ternura-
Para hablar de sus manos todos bajan la frente:
Vino y estaba cerca… lejos, como las nubes.

Pincel y tinta china, greda oscura y cristales.
Flores en la mañana lluviosa de la aldea.
Casi verdad su mundo – duendes, estrellas, sombras –
casi nada ¡y tan dulce! lo que nos deja el tiempo.